Rebeldes con causa: la necesidad de la disidencia constructiva en el ámbito sanitario.

Nacho-Vallejo
7 min readNov 25, 2023

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Ayer me acordé de nuevo de esta fascinante historia. La de aquellos intrépidos ingenieros de la NASA en los albores de la década de los ochenta, cuando la agencia se embarcaba en el desarrollo de los transbordadores espaciales. Es el relato de unos jóvenes valientes y visionarios que cuestionaron un dogma profundamente arraigado: la resistencia de cuestionar el paradigma del “siempre lo hemos hecho de esta manera, así que debe ser la mejor”. Fue la búsqueda de una alternativa a un sistema operativo que había llevado al hombre a la luna, pero que comenzaba a mostrar señales de fragilidad e incapacidad para enfrentar los nuevos desafíos que se presentaban.

Me parece un paralelismo sorprendente con nuestro sistema sanitario que, después de años de tensiones crónicas y la reciente pandemia de la COVID-19, ha quedado con muchas costuras abiertas y manifiesta signos de agotamiento y falta de capacidad de respuesta a las crecientes necesidades. La resistencia al cambio, arraigada en la falsa creencia de que podemos seguir haciendo más de lo mismo, ha levantado barreras para la innovación y la adaptación en un panorama de salud en constante evolución. Y todo ello sin caer en la cuenta de que el sistema tal y como lo conocemos ha cambiado, ha dejado de existir y es difícil que vuelva a ser como antes.

Pero volvamos a la historia. El rechazo inicial hacia las ideas de los “piratas” terminó cuando un legendario director de control de misiones y el propio empeño del grupo brindaron una oportunidad: el sistema operativo pirata conviviría con el oficial durante unos meses. Lo hizo con más que notables resultados. Mientras continuas caídas y bloqueos del que había sido el operativo estrella de la agencia, el nuevo sistema no solo seguía funcionando, sino que facilitaba la ejecución de los proyectos, terminando por servir de germen para el desarrollo de la estación espacial internacional.

La historia de los ‘piratas de la NASA’ nos deja una enseñanza valiosa que trasciende el ámbito espacial y se proyecta en nuestras propias instituciones sanitarias. En un contexto donde la resistencia al cambio parece arraigada y las estructuras tradicionales muestran signos de rigidez, surge la necesidad urgente de fomentar una forma de rebeldía constructiva en nuestras organizaciones sanitarias. La complejidad creciente de los desafíos en salud requiere una mentalidad audaz que desafíe el status quo, que ponga de relieve que hay cosas que no funcionan bien, que cuestione las prácticas obsoletas y que promueva la innovación. La rebeldía, entendida como una fuerza para cuestionar y mejorar, se convierte en un catalizador esencial para romper con la inercia, impulsar el cambio positivo y adaptar nuestras instituciones a un entorno que demanda flexibilidad, creatividad y respuestas ágiles.

Siguiendo este paralelismo entre la epopeya de los rebeldes de la NASA y nuestra realidad sanitaria, resulta evidente que la resistencia al cambio no es solo un fenómeno histórico, sino que sigue siendo una barrera significativa en la mejora de la atención sanitaria. Siguen vigentes algunos paradigmas: expresar preocupaciones de manera continua o negativa como norma; una cultura donde problemas terminan siendo características; una administración que enfrenta desafíos para estar plenamente conectada con la realidad; la persistencia de estructuras organizativas aisladas, actitudes individualistas y metas compartidas que necesitan fortalecerse; un modelo organizativo que caducó hace tiempo; la importancia de trabajar por entornos que faciliten la incorporación de pacientes y profesionales a la toma de decisiones; la participación de la clase política en los asuntos de la atención sanitaria que en ocasiones puede dificultar la toma de decisiones y la adaptación necesaria…. Circunstancias que chocan con un escenario donde la complejidad de los desafíos en salud exige respuestas ágiles y creativas y donde una disidencia constructiva queda rápidamente apagada por temores infundados y percepción de amenazas, dando como resultado la rigidez institucional y limitando nuestra capacidad de adaptación.

En este contexto de reflexión y desafío, e intentando comprender las complejidades políticas y administrativas que rodean la toma de decisiones en el ámbito sanitario, es fundamental reconocer que el cambio necesario en nuestras organizaciones no puede ocurrir de forma aislada. Requiere la colaboración estrecha entre todos los actores involucrados. Establecer sinergias se convierte en una piedra angular para superar las barreras existentes y construir un sistema más ágil y adaptable. La resistencia al cambio debe ceder ante la fuerza colectiva con ideas innovadoras respaldadas por una visión compartida de un sistema de salud mejor. Y debe dejar paso a la disidencia constructiva, que en este contexto se revela como una herramienta esencial para desafiar lo establecido y promover un cambio positivo. Esta empresa conjunta puede marcar la diferencia en la forma en que nos enfrentamos a los desafíos actuales y futuros, llevando a una atención sanitaria más eficiente, verdaderamente centrada en el paciente y el profesional, y sostenible a largo plazo.

Escuchando a los Rebeldes: la clave para la transformación en salud

La saga de los “piratas de la NASA” nos ofrece una lección valiosa: a veces, las respuestas más transformadoras provienen de aquellos que desafían el statu quo, que cuestionan las prácticas arraigadas y que se atreven desde la humildad a proponer alternativas audaces. Traslademos esta perspectiva al ámbito sanitario: ¿qué sucedería si comenzamos a prestar una atención más cercana a los “rebeldes” dentro de nuestras propias instituciones?

En el relato de los ingenieros de la NASA, el rechazo inicial a las ideas innovadoras no impidió que perseveraran. ¿Cuántas innovaciones y mejoras en salud podríamos estar pasando por alto al no escuchar a aquellos que desafían las prácticas convencionales? La resistencia al cambio puede convertirse en un obstáculo insuperable si cerramos nuestras puertas a las voces que proponen nuevas perspectivas y soluciones.

En el ámbito sanitario, donde las presiones y desafíos son constantes, la disidencia constructiva se presenta como una fuerza vital. Los “rebeldes” dentro de nuestras organizaciones pueden ser aquellos profesionales que desafían las jerarquías obsoletas, proponen innovaciones tecnológicas o asistenciales, o defienden modelos organizativos más eficientes y centrados en el paciente. Ignorar estas voces es perder la oportunidad de impulsar mejoras significativas.

Los problemas crónicos que enfrentamos en la atención sanitaria requieren más que soluciones superficiales. Necesitamos la agudeza de pensadores audaces y la perspectiva de quienes desafían el status quo para catalizar un cambio auténtico. Al igual que los “piratas de la NASA” demostraron que la innovación puede provenir de las mentes más inesperadas, en salud debemos aprender a valorar y dar espacio a los rebeldes constructivos que buscan transformar nuestras instituciones para mejor.

Escuchar a los rebeldes en el ámbito sanitario no solo es una cuestión de reconocer su valentía y visión, es una apuesta de que la verdadera innovación a menudo nace de la fricción de ideas diversas. En un mundo en constante cambio, no podemos permitirnos prescindir de las voces que desafían el “siempre lo hemos hecho así”. Escuchar a los rebeldes no solo es necesario; es esencial para construir un sistema sanitario más resiliente, adaptable y centrado en las necesidades de aquellos a quienes servimos: los pacientes.

Un llamado a la rebeldía constructiva en salud: transformemos juntos el futuro de la atención sanitaria

Ayer, el recuerdo de esta historia de los piratas de la NASA me reveló nuevamente que, desafiar el status quo puede conducir a descubrimientos y avances que transforman nuestra realidad. Así como estos jóvenes y audaces ingenieros allanaron el camino hacia la estación espacial internacional, es hora de que nos apliquemos esa misma mentalidad revolucionaria a nuestro sistema sanitario.

A aquellos que ocupamos puestos de responsabilidad directiva, administrativa o política, instarnos a abrazar la rebeldía constructiva. Reconociendo que las soluciones a los desafíos de la atención sanitaria no surgirán de mantener nuestro status quo, sino de cuestionarlo con nuevas ideas. La innovación proviene de la voluntad de desafiar las normas establecidas y explorar terrenos inexplorados en busca de mejoras tangibles.

A los pacientes, os invito a ser defensores activos de vuestra propia atención. A demandar una participación significativa en las decisiones que afectan a vuestra salud y bienestar. A pedir participación en la administración, en los consejos directivos de las organizaciones y cada órgano de gobernanza. Vuestra voz es una fuerza poderosa para el cambio y la mejora.

Profesionales de la salud, este es vuestro llamado a la acción. Os insto a ser como aquellos ingenieros de la NASA, desafiando las convenciones, cuestionando lo establecido y proponiendo soluciones innovadoras. Vuestra experiencia y pasión han sido la fuerza que ha mantenido el sistema y la que puede impulsar una transformación real en la atención sanitaria.

Todos debemos reflexionar sobre como podemos contribuir a este cambio positivo. Cada uno tiene un papel en la construcción de un sistema sanitario más eficiente, centrado en el paciente y sostenible. Ya sea desafiando prácticas obsoletas, cuestionando la toma de decisiones, promoviendo la innovación o simplemente siendo defensores informados, cada acción cuenta.

En última instancia, este viaje hacia la transformación de la atención sanitaria es una empresa conjunta. Cada rebelde, ya sea dentro de las instituciones o entre los pacientes, puede marcar la diferencia. La pregunta que dejamos flotando es: ¿Estamos dispuestos a desafiar las convenciones y forjar un camino hacia un sistema sanitario más resiliente y centrado en las personas? La respuesta radica en cada uno de nosotros y en nuestra voluntad colectiva de abrazar la rebeldía constructiva como una oportunidad para fortalecer el sistema, abordando los desafíos actuales y futuros de una manera más efectiva y logrando un cambio significativo en la salud de las generaciones futuras. Ahora es el momento de actuar. Como decía Margaret Mead: “No podemos subestimar el poder de unas cuantas personas comprometidas en cambiar el mundo. De hecho es lo único que lo ha conseguido”.

Estas reflexiones representan mi perspectiva personal, sin implicaciones de conflicto de intereses.

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Written by Nacho-Vallejo

Husband, father, humanist, romantic. Sometimes theater actor. Internal Medicine. My opinions are my own. #cambiahospital

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