Mejorando la sanidad a través del trabajo en equipo: Lecciones de “La magia de los equipos extraordinarios”
Confieso que una de las preocupaciones que sigue surgiendo en mi búsqueda hacia la transformación de nuestro sistema sanitario es el valor del trabajo en equipo. De hecho, ha sido un tema explorado en anteriores entradas por aquí, como “La importancia del equipo en nuestras organizaciones sanitarias”. En ella, y con el apoyo de una encuesta realizada en redes sociales, pude delimitar, en su momento, algunas áreas de mejora. De esta reflexión extraigo como estrategias clave, promover cambios en el estilo de liderazgo y en el modelo organizativo, junto con más y mejor trabajo entre los profesionales. Y es que no podemos negar que, en nuestro escenario, la colaboración es la esencia misma de una atención de calidad. Pero, ¿qué sucede cuando el factor mágico entra en juego? Permíteme llevar tus pensamientos más allá de la superficie, mientras te comparto mi reciente inmersión en las páginas del libro ‘La magia de los equipos extraordinarios’ de Enric Arola.
Enric es un experto en liderazgo, coaching y facilitación de equipos, además de conferenciante y escritor. También CEO de Far Coaching y cofundador de In Movement. Su texto es una referencia práctica y de amena lectura, con elementos para orientar la mejora y el rendimiento de los equipos de trabajo. Aunque orientado al business, de enorme aplicabilidad en nuestros entornos sanitarios.
El libro comienza haciendo un análisis de las disfunciones más habituales de los equipos de trabajo y “tics” del liderazgo, para ahondar, en su segunda mitad, en los ingredientes imprescindibles que deben tener los equipos de alto rendimiento o extraordinarios. Desde mi perspectiva, el principal valor que aporta su lectura, es disponer de un contenido eminentemente práctico que permite sacarle partido en nuestros equipos, con ejemplos y tareas en cada uno de sus apartados. La acertada inclusión de plantillas de trabajo, infografías e ilustraciones, facilitan la comprensión, pero sobre todo la aplicación “a pie de cama” de las ideas.
Durante toda la primera mitad abunda en describir situaciones “patológicas” que no son habitualmente ajenas a nuestras dinámicas de trabajo y perfiles de liderazgo: los miedos a destapar conflictos, las formas de comunicación tóxica, la ausencia de confianza, las dificultades para alcanzar autonomía, los intereses personales y egos, la falta de precisión en la definición de roles o responsabilidades, la diversidad y falta de empatía entre categorías profesionales, la apatía o desmotivación, los conflictos en la toma de decisiones, entre niveles asistenciales o servicios clínicos…, son aspectos que no nos resultan desconocidos en cualquier organización sanitaria. El valor añadido de esta reflexión que propone el autor, es que permite, mediante herramientas, establecer un “diagnóstico” de la situación de nuestros equipos y líderes, así como una orientación con interesantes propuestas de mejora. La abundancia de planillas (descargables) y ejercicios prácticos para trabajar sobre el terreno, hacen del libro un elemento a tener en cuenta, si queremos afrontar con valentía y éxito, nuestras disfunciones (personales y las de los equipos).
Una vez establecido un análisis de la situación, Enric Arola dedica toda la segunda mitad del libro, a desarrollar los ingredientes que, para él, son clave en el desarrollo de equipos de alto rendimiento: conectar, apuntar (tener un propósito compartido), brillar y hacer brillar a los demás, abandonar ciertos lastres y mantener una voluntad de arriesgar para conseguir una diferencia. De igual manera, en esta segunda parte, abundan ejemplos y tareas que facilitan una excelente hoja de ruta para seguir trabajando en la transformación de nuestros equipos.
El lenguaje utilizado es claro y sencillo, aunque algunos apartados se me han atascado un poco durante la lectura, sobre todo en la segunda mitad. En cualquier caso, he disfrutado durante el viaje analizando y recordando muchas similitudes con la realidad que se identifica en nuestras instituciones. Se echa en falta alguna estrategia que ayude a plantear las bondades de estos ejercicios en los equipos, particularmente en los sanitarios, donde no estamos muy habituados a estas cosas, y donde la falta de autocrítica y reflexión, así como la endogamia, o el escepticismo, suelen ser elementos que constituyen una barrera a estas iniciativas. Mi paso por diferentes centros hospitalarios, intentando potenciar el trabajo multidisciplinar como enfoque necesario ante los retos que tenemos por delante, tanto en la asistencia, como ahora, desde una posición directiva, me han permitido identificar esta realidad y reconocer las bondades de esta lectura, sobre todo su aplicación práctica. Si de verdad, queremos ser valientes, necesitamos afrontar con mayor soltura, conflictos y dificultades que también son comunes en los equipos de profesionales sanitarios. Este libro es un buen punto de partida para ello.
Con un sistema sanitario más tensionado tras la pandemia y frente a los numerosos retos a los que nos tenemos que enfrentar, abordar estas disfunciones de los equipos se antoja imprescindible a todos los niveles. En nuestros servicios clínicos, para salvar silos entre categorías, profesionales, niveles asistenciales, para trabajar con los cargos intermedios, en los equipos directivos y yo diría, incluso, de forma colaborativa con la administración (con la que también hay que hacer equipo), La apuesta no es fácil porque muchas de las actuaciones requieren que nos pongamos (de forma individual o colectiva) delante de un espejo. Hay cosas que no nos gusta ver ni compartir. Pero hay que ser decididos, sabiendo que hay margen de mejora, que el camino es largo, pero que el beneficio es sin lugar a dudas tremendo.
En un escenario, como por ejemplo el hospital; con cada vez mayor complejidad del paciente; con una atención que debe tener un enfoque integral y multidisciplinar… es relevante marcar también una estrategia que persiga mejorar las dinámicas de trabajo. Esto me parece tan importante como el desarrollar vías clínicas, procedimientos asistenciales, o realizar una adecuada gestión sanitaria en nuestros centros. Hay que pensar en esa cuarta meta, de la que a veces hablamos. No solo ser más eficientes y sostenibles, gestionar camas o recursos, o aportar resultados a las personas. También trabajar con los profesionales para que puedan sentirse verdaderamente útiles y satisfechos de hacerlo en equipos extraordinarios, en esta tarea tan nuestra que es el cuidado de otro ser humano.
A diferencia de otras lecturas que han caído entre mis manos (El líder que no tenía cargo; Las 5 disfunciones de los equipos; Empieza con el por qué o La paradoja, un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo) “La magia de los equipos extraordinarios” destaca por su enfoque eminentemente práctico y por la abundancia de ejercicios que trascienden la teoría y se traducen en acciones concretas.
Una de las piezas de peso que enganchan con la lectura es promover la formación y adquisición de competencias, implementando acciones locales que se alineen con las claves proporcionadas por el libro. Como muestra, esta propuesta de Taller que ya plasmé tras una intervención sobre el tema en la Escuela Andaluza de Salud Pública. Sirva como modelo o idea.
Apreciado lector, si has llegado hasta aquí sería interesante también aprovechar estas líneas para compartir estrategias. Así que, te invito a dejar algún comentario más abajo con tu experiencia personal u opinión, intercambiando tus reflexiones personales si te has propuesto como objetivo la lectura del libro. Te apunto ideas: ¿Funciona bien tu equipo de trabajo? ¿Identificas resistencias para mejorar la eficiencia de los equipos de profesionales sanitarios? ¿Se ha implementado alguna estrategia local en tu centro para mejorar disfunciones? ¿Ha tenido buenos resultados? ¿Piensas que mejorar la dinámica de los equipos redundará en una mejora de la calidad de la asistencia? Son preguntas abiertas que te hago para animarte a la conversación. Si, por otra parte, quieres saber cuál ha sido mi experiencia, en X (Twitter) bajo el hashtag #cambiahospital, puedes encontrar algunas referencias, sobre todo de mi etapa en la coordinación del Hospital Militar en Sevilla, que fue un lienzo en blanco para probar alguna de estas cosas.
En definitiva, si entre tus preocupaciones identificas que infundir algo de “magia” en los equipos de nuestras instituciones sanitarias, puede servir como palanca para generar una diferencia en la atención sanitaria de los pacientes, y contribuir al crecimiento y satisfacción de los profesionales, creo que esta lectura de Enric Arola puede ser una herramienta genuinamente valiosa.
Aprovecho para agradecer a la Sociedad Catalana de Gestión Sanitaria, que en su blog, La gestión importa, nos trajo (entre otras propuestas) este libro como lectura recomendada para el verano.
Una última recomendación: si estás interesado en ahondar en cuestiones de liderazgo, complejo camino que no está exento de dificultades, te recomiendo encarecidamente continuar con otra propuesta de lectura “Liderazgo imperfecto”, un libro de Jordi Alemany, autor muy presente en redes sociales al que hay que seguir. Lo comentamos en otra entrada, ¿te parece?
#cambiahospital
Referencia adicional: La importancia del equipo en nuestras organizaciones sanitarias. Mi intervención el pasado 9 de mayo en la Jornada sobre humanización en cáncer de próstata, de la mano del Dr. Pedro Blasco y la Dra. Carmen González Enguita, en Sevilla.