Cuidando a los profesionales durante la pandemia ¿Dónde hemos dejado la cuarta meta?

Nacho-Vallejo
8 min readAug 1, 2021

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Imagen de leo2014 en Pixabay

Del Triple Aim a la cuarta meta. Sobre el burnout sanitario

Donald Berwick del Institute for Healthcare Improvement norteamericano identifica como relevantes, aquellos proyectos clínicos que alcanzan simultáneamente tres objetivos o metas. A saber:

  1. Mejorar la experiencia de los pacientes (satisfacción y calidad).
  2. Mejorar los resultados clínicos en la población.
  3. Disminuir costes per cápita de la asistencia sanitaria.

Según el autor podemos mejorar lo que hacemos si nos concentramos en alcanzar de forma conjunta y equilibrada los tres objetivos propuestos y bajo la promesa de equidad; es decir, la mejoría en salud de una población no debería lograrse a expensas de otra.

Posteriormente a este planteamiento han surgido voces que afirman que este triple objetivo se queda corto y debería contemplar una cuarta meta: cuidar u promover la satisfacción de los profesionales. ¿Qué motivos llevan a esta propuesta? Probablemente algo tendrá que ver el desgaste de los trabajadores y el burnout profesional.

El burnout se define como un estado de agotamiento físico, emocional y mental en los trabajadores que afrontan situaciones emocionalmente demandantes con recursos insuficientes por periodos prolongados, obteniendo escasos o nulos resultados y que conducen una actitud “cínica” o distante frente al trabajo (despersonalización) y a una sensación de ineficacia y de no hacer adecuadamente las tareas. Estudios previos a la pandemia encontraban una prevalencia de este problema entre un 40–50% de los profesionales. Lejos de considerar sus consecuencias en términos de número de errores, peores resultados en salud y aumento del gasto sanitario, me gustaría centrarme en el drama humano que supone su padecimiento (por fin reconocido como enfermedad por la OMS) y las consecuencias que pueden derivarse del mismo. También en la apreciación de que este problema ha ido en aumento, como pone de manifiesto una encuesta de la Central Sindical Independiente y de funcionarios (CSIF). Este trabajo identifica que la sobrecarga derivada de la crisis de la Covid-19 y el ritmo de asistencia han generado ansiedad en el 85,8% y burnout en el 64,4% de los profesionales.

Pero volviendo a la Triple Meta, como describe Cristina Roure en esta entrada del Blog de Jordi Varela, “para hacer frente a la brecha entre expectativas de la sociedad y la capacidad de los profesionales para alcanzar las tres metas del Triple Aim, es necesario añadir una cuarta meta y convertir la propuesta en el Quadruple Aim. Esta cuarta meta consiste en promover el bienestar emocional y mejorar el entorno laboral y la capacidad de resiliencia de los profesionales”. ¿Es la falta de atención hacia esta “cuarta pata” la responsable del incremento del malestar y la pérdida de salud entre los profesionales? Y si es así, ¿en dónde recae esta responsabilidad? ¿en el profesional? ¿en la organización? ¿en ambos? Como indica Gustavo Tolchinsky en esta otra entrada, las organizaciones deben poner en línea los valores de la profesión, de los profesionales y de la institución para saber priorizar medidas que den sentido al trabajo que realizamos día a día para la comunidad, para nuestros pacientes y con nuestros pacientes.

No entro ya en la importancia de mejorar las condiciones laborales precarias y la inestabilidad de los equipos, aunque resolviendo este aspecto ya habríamos ganado bastante. Hablo también de la necesidad de optimizar diferentes frentes que Tolchinsky pone de manifiesto en su entrada como son: cargas asistenciales (y percepción de carga asumible); sensación de control; reconocimiento y refuerzo del trabajo bien hecho; clima laboral; justicia y, alineamiento de los valores de la organización y de los profesionales.

¿Qué estamos haciendo o podemos hacer para cuidar a nuestros profesionales (en tiempo de pandemia)?

La magnitud de la pandemia a la que nos enfrentamos y a sus tantas colaterales, debe obligar a nuestras organizaciones y a los profesionales a que cultivemos un sentido de propósito compartido, un significado de lo que hacemos y, sobre todo, que nos sintamos realizados con lo que hacemos.

Ahora, al desgaste que padecíamos los profesionales, se unen los efectos del estrés, la frustración, las largas horas de trabajo, el riesgo, el miedo…lo que obliga a pensar sobre cómo debe ser la tarea de los profesionales y la presión bajo la cual pueden trabajar mejor, identificando de forma individual la tolerancia de cada uno, concretando también lo que se espera de nosotros y sondeando por ejemplo, con una sencilla pregunta “¿qué es lo que necesitas?”, la forma de poner en marcha estrategias orientadas a dar una necesaria respuesta a la famosa “cuarta meta”.

El propio IHI sugiere al menos cuatro diferentes acciones:

a) Directivos, cargos intermedios y líderes deben compartir tiempo con los profesionales de primera línea, valorando los desafíos a los que se enfrentan, ayudando a eliminar barreras, reconociendo esfuerzos y empujando todos en una misma dirección: brindar la mejor atención sanitaria posible a las personas.

b) Los profesionales debemos cultivar nuestra resiliencia individual asegurando que nuestro trabajo marque diferencias en la vida de los pacientes y de nuestros compañeros.

c) Todos debemos apoyar modelos organizativos que fomenten más trabajo en equipo.

d) Ahora más que nunca es necesario fomentar el sentido de pertenencia y apoyar la creación de espacios que fomenten una seguridad psicológica en los trabajadores (es decir, facilitar que cualquiera pueda hacer preguntas, comentarios, críticas, exponer ideas innovadoras, sin ser percibido como incompetente, negativo o particularmente disruptivo).

¿Dónde podemos encontrar ideas o recursos para pasar a la acción?

Me he permitido la licencia de sugerir algunos interesantes recursos que he ido encontrando estos días en la red:

  1. Coronar la cumbre. Riesgos emocionales y cuidado del personal sanitario ante la Covid-19. Escrito por Macarena Galvez y enmarcado en el proyecto HUCI (Humanizando los cuidados intensivos). Entrada ya clásica de marzo de 2020 que incluye una ficha con recomendaciones dirigidas a la organización y también a los profesionales sanitarios.
  2. Tu EPI Psicológico: un resumen realizado por The IHI sobre la evidencia disponible y las intervenciones que pueden ayudar a proteger la salud mental del personal frente a condiciones de trabajo extremas, como desastres naturales, ataques terroristas y pandemias anteriores.

3. Caring for our caregivers during COVID-19: La web de recursos de la American Medical Association. Una de las referencias más completas que he podido localizar. Aquí podremos encontrar:

a) Encuestas para evaluar el estrés de los profesionales y desarrollar estructuras de apoyo.

b) Construcción de organizaciones resilientes mediante una estrategia de 17 pasos para cuidar de forma efectiva a los trabajadores.

c) Sugerencias para redistribuir la carga de trabajo.

d) Recomendaciones para establecer políticas de apoyo institucional durante la pandemia.

e) Aspectos relacionados con la intendencia en familias de profesionales (comidas, cuidado de hijos, etc.)

f) Equipos de protección personal.

g) Atención al bienestar emocional y mental, incluyendo recursos de salud mental a disposición de las familias de los profesionales y orientados también para atender las posibles necesidades de los pacientes.

h) Ejemplos de herramientas de apoyo social tipo sesiones virtuales.

g) Cobertura de noticias para conocer iniciativas que estén apoyando la actividad de los profesionales sanitarios (en USA).

h) Y un listado de hasta 12 recursos externos con diferentes temas relacionados.

4. Caring for our carers: what can COVID-19 teach us about NHS staff wellbeing? Un interesante artículo de The Health Foundation escrito por Suzanne Wood que explora desde la perspectiva de esta entidad, tres pilares básicos para mejorar el cuidado de los profesionales:

  • Escuchar a los trabajadores.
  • Propiciar momentos para la reflexión conjunta.
  • Practicar un liderazgo compasivo y solidario.

5. Caring for our caregivers in body, mind, and spirit during the COVID-19 pandemic. Artículo que refleja la experiencia del NewYork-Presbyterian Hospital contada por Rick Evans, vicepresidente y director del programa de Experiencia del paciente de dicha entidad. Dejo a continuación dos gráficos de dicho artículo para visualizar de forma rápida la magnitud de las acciones emprendidas.

6. Taking Care of Our Caregivers. Artículo de Jessica Dudley en la revista The Harvard Business Review. Otra interesante referencia que explora estrategias a incorporar en nuestras instituciones como son:
1️⃣Promover con frecuencia mensajes alentadores.
2️⃣Desarrollar espacios para descansar, conectar y buscar el apoyo mutuo.
3️⃣Ofrecer recursos para aumentar la resiliencia.
4️⃣Crear de grupos de apoyo
5️⃣Orientar la atención a la salud mental.

7. Covid-19 Crisis Response: First, Address the Safety and Well-Being of Your Team. Excelente propuesta en un artículo de The NEJM Catalyst. El mensaje principal que aporta es clave: “Los líderes deben establecer un marco de confianza y preservar la estabilidad de los profesionales para que puedan centrarse en su misión: cuidar de sus pacientes y de la comunidad”. Un resumen de este artículo en un hilo de Twitter. Enumera hasta 17 propuestas diferentes y sugiere iniciar nuestra estrategia desde cuatro perspectivas:

a) Planificar para liderar desde lo impredecible.

b) Preguntar a los miembros del equipo y darles lo que necesiten.

c) Organizar días de descanso cuando sea necesario (y posible).

d) Desarrollar una hoja de ruta que incluya todas las acciones propuestas.

8.Supporting our people, la web de recursos del NHS. Interesa también seguir la cuenta en Twitter, y el hashtag #OurNHSPeople.

9.Cuidando al profesional de la Salud. Habilidades emocionales y de comunicación. Una monografía de la Escuela Andaluza de Salud Pública disponible para su descarga aquí. (Me llega vía Miguel Ángel Máñez).

Consideraciones finales

El recurso más valioso que tienen nuestras organizaciones en esta pandemia y lo que venga no son sólo las vacunas. Es la experiencia de los trabajadores de la salud y estamos exhaustos. Si queremos corresponder sinceramente y desarrollar esta cuarta meta orientada a los profesionales, la administración, los equipos directivos, las instituciones, pacientes y trabajadores debemos poner en marcha acciones concretas. Como dice Monse Esquerda en un reciente artículo y completo con alguna aportación personal, más que un modelo de atención centrado en el paciente quizás deberíamos hablar de un modelo alineado entre personas atendidas, profesionales sanitarios, instituciones y políticas sanitarias. Unir de forma coherente valores, creencias, cargas y responsabilidades entre todos los agentes. Nuestra profesión requiere reforzar nuestra salud física y mental, así como los valores del profesionalismo, pero esta misión solo podrá llevarse a cabo de forma conjunta con un sistema sanitario que vele porque se den las mejores condiciones para el ejercicio profesional y también una sociedad que reconozca y que acepte que cuidar y devolver la dignidad al profesional no es otorgarle privilegios, es dar sentido a su tarea: el cuidado de otro ser humano. El destino de nuestro sistema de salud, de los pacientes y de los profesionales, depende de la acción colectiva de todos. Cuidar a sus trabajadores debe estar hoy más que nunca en todas nuestras agendas.

‘No One Is Listening to Us’ (Nadie nos está escuchando: Más personas que nunca son hospitalizadas con COVID-19. Los trabajadores de la salud no pueden seguir así.) vía The Atlantic

Si quieres aportar algún otro recurso o experiencia, deja por favor tu comentario abajo. Gracias.

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Written by Nacho-Vallejo

Husband, father, humanist, romantic. Sometimes theater actor. Internal Medicine. My opinions are my own. #cambiahospital

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