Calentando motores: pasos al inicio de 2025
Los comienzos de año siempre traen esa sensación de reinicio, pero también la pregunta de qué hacer con todo lo que sigue sobre la mesa. En estos primeros días de 2025, me encuentro caminando entre ideas que van madurando y retos que no terminan de resolverse, con ese equilibrio frágil entre la ilusión y la preocupación que caracteriza cualquier proyecto.
Voy leyendo cosas para mí nuevas. Me he sumergido en el storytelling. Había oído hablar de su valor y he descubierto un interesante pódcast, de César Castro que me acompaña por las mañanas en el coche al hospital. Lo escucho, intentando desentrañar cómo las historias pueden ser mucho más que una herramienta de comunicación. ¿Serán también una forma de inspirar cambios reales en las personas y, tal vez, en algo tan complejo como el sistema sanitario? Por ahora, me limito a aprender, a observar, y probar.
La Escuela de Agentes del Cambio sigue su curso. Ya está lista la landing page, un formulario para entender lo que los futuros participantes esperan, y un dosier que explica lo esencial del proyecto. La idea sigue despertando interés, lo cual me anima, aunque también me recuerda que todavía queda mucho por hacer. Las conversaciones con aliados potenciales, tanto cercanos como en Latinoamérica, han sido enriquecedoras. Este proyecto tiene algo de montaña rusa: un día sientes que todo encaja y al siguiente vuelves a preocuparte por cómo lograr que aporte de verdad y sea sostenible en el tiempo. Lo que no cambia es la gratitud hacia quienes se han sumado al camino. Personas generosas, colaboradoras, que aportan sin pedir nada a cambio. En breve, quiero empezar a darles el lugar que merecen, presentándolos y reconociendo el papel fundamental que juegan. La Escuela está tomando forma, pero también me exige pensar en cómo asegurar que sea más que un sueño de un momento. Su sostenibilidad financiera es el gran desafío de este año.
En el hospital, las cosas no se detienen. El aumento de la presión asistencial con el invierno vuelve, como cada inicio de año, y con ella la sensación de estar atrapados en un ciclo repetitivo. Me recuerda la peli “el día de la marmota” porque parece que volvemos a los mismos problemas sin cuestionar lo suficiente nuestros modelos. Desde mi rol, apoyando como internista los servicios quirúrgicos, intento encontrar pequeños cambios que puedan marcar una diferencia.
Al margen de eso, sigo explorando cómo la inteligencia artificial puede ayudarnos a reducir la burocracia trabajando con las historias clínicas. Hoy andaba jugueteando y enseñando a ChatGPT para me haga resúmenes y me ayude con las analíticas. Ya lo he mencionado en otras entradas: no es solo una herramienta más, sino una oportunidad para rediseñar cómo trabajamos. Sin embargo, como en todo, la implementación requiere más que entusiasmo: hace falta una hoja de ruta clara que debe venir desde arriba. La AI no es solo una promesa, sino una necesidad que exige planificación y una implementación cuidadosa.
Así voy arrancando el año: sin prisas, pero tampoco sin pausa. Con un pie en lo que ya conozco y otro en lo que quiero aprender. Todavía no tengo respuestas para muchas preguntas, pero sé que seguir adelante es lo único que importa.
Y tú, que lees esto, ¿qué pasos estás dando? ¿Qué te inquieta o qué te mueve en este inicio de año? ¿Cuáles son tus historias?